Solamente a
través de estas pocas palabras,
y solo desde la
profundidad más clara de mi Alma,
consigo cantar
para ti,
con la voz
limpia y el Corazón a flor de piel.
Como un loco
atrevido,
con mi anciano
Caballo desbocado,
por haberse
sentido provocado,
por la fuerza de
la intensidad,
que desprenden
tus Ojos,
por sentir que
pronto,
muy pronto
nos podremos
encontrar.
Yo caminaré para
irte a buscar,
desnudo y lleno
de temor.
Te encontraré,
sea donde sea
que estés,
insistiré una y
otra vez,
jamás me
rendiré.
Y cuando tú me
digas ven,
mi Sol se
sumergirá en tus plateadas Aguas
y juntos en esa
oscuridad
nos
convertiremos en Uno,
para elevarnos
de nuevo.
El miedo no será
jamás
el Camino que
nos guiará.
En nuestro
destino está escrito,
que sólo por ti
el Universo brillará
con la Verdad.
Hemos volado
juntos,
hemos caminado
muy cercano,
nos hemos
amparado sin saberlo
sin ser
conscientes del Misterio
que ocultábamos.
No te quepa
duda,
de que en este
Amanecer
que Hoy está
emergiendo,
ya no habrá nada
más que vencer,
los obstáculos
se han derribado
para que ambos
gocemos de lo
que nunca antes pudimos finalizar.
Ahí estaremos
con Dios,
piel con piel,
tal cual Él lo
escribió,
para que Sólo Tú y Yo lo alcanzáramos a
expresar.
El Padre nos
ungirá de su Gloria,
y la Madre de su
insuperable Belleza,
nos vestirá.
Tu Fuego apagará
mi Sed,
y mi Amor
Eterno,
te brindará el
más espectacular Hogar,
para que como
Uno
creemos un nuevo
Mundo.
Será allí donde
alumbrarás
la Dicha más
enorme,
que ni el mismo
Dios puede imaginar.
Has sido la
dueña de mis noches,
he sido el dueño
de tus hazañas,
y Hoy sin
adueñarnos de nada,
en un susurro te
diré que
hoy y siempre
sentiré
que estoy hecho
de ti.
Me modelaste,
pedazo a pedazo,
me diste forma
me ungiste de
gozo,
para que cada
trozo,
fuera la
expresión más cercana
tal cual Dios Creara
para Nosotros.
Cuando Tú y Yo
unimos nuestros Corazones,
haciendo de cada
Todo UNO,
el resto del
Mundo desaparece.
Nuestro Hogar se
torna Fuego,
y embebidos de
placer,
podemos mirarmos
firmemente a los Ojos,
sintiendo que lo
tenemos Todo,
que Ahora,
sólo Dios puede
ser nuestro dueño
y que unidos
seremos siempre
sus Eternos Hijos.
Nuestra Madre
sonreirá,
igual que tú lo
haces,
cada vez que
puedes verme llegar.
Nuestro Padre
nos bendecirá,
para que vivamos
nuestro propio Paraíso,
ese que quedará
grabado,
en ese Único
cuadro que Hoy ya está terminado,
para que nos
podamos por fin encontrar.
No existe ni
existirá jamás,
ninguna otra
realidad.