LA PLUMA VIBRA IMPULSADA POR LA MANO FIRME QUE ESCRIBE AQUELLO QUE EN SU INTERIOR VIVE

A la Fuerza Divina


Fue asombroso,
sentir como tus ojos
se tornaban cálidos
en presencia del divino orden cósmico.
Mantuve puesta
la intención en el proceso,
pese a que la ensoñación de mi mente,
pudiera perturbar un ápice
aquel suceso.
Juntos decidimos intervenir,
pues es justo decir
que ese, el día
en el que te apiadaste de mí,
sentí nacer un acuífero mar
lejano de dudas,
nutrido por inmensas olas
que como en un arrullo
acunaban mi alma
sometiéndome al silencio
de la fuerza de tu espada.
Y sintiendo como me siento,
mecida por tu corazón,
así resplandezco,
sin cejar de observar tus ojos,
puros como la esencia
de nuestro sustento.
En Amor, te vivo y te siento,
en Amor,
aquello que no perturba
ni puede perturbar
por más tiempo,
el flujo constante
de este mágico encuentro.
Blandías la poderosa espada,
la que la Madre forjó con
perfecto hilo de plata,
esta era tu única arma,
reflejo de toda la sabiduría arcana,
creada con una pequeña pluma
encontrada bajo el ala del águila.
Escuchaba el sinuoso destello,
resbalar por la punta roma,
erigida con Amor por aquella
especial Dama.

Sentía la Vida,
como en el filo palpitaba,
fue en ese momento
cuando escuché el cierzo,
y en ese extraño rugido,
llegué hasta aquí.
Gentil,
con el alma a flote,
mágica por vivir.
En tus ojos vi ceñirse la espada,
cautelosa de cualquier brusco movimiento,
sintiendo un lacerante brote de Amor,
dulcemente emergiendo.
Por un valle lejano,
creí ver discurrir lo pasado,
y tal y como creí verlo,
se esfumó en la espada el reflejo.
Ella, elocuente, parpadeó,
no tuvo que hacer ya frente
a más dolor.
Sonrieron tus ojos,
pero más sonrió nuestro corazón,
en ese cortejo infecto
del más poderoso Amor.
Magnetizose la herida
- exclamé –
¿pero qué herida…?
Si todo lo que me llevo,
no es más que Amor.
Como pude ser tan ciega!!!!!
- tan ignorante de Corazón.
Aquello que se fulminó,
sólo fue un fogonazo,
para poder alcanzar
lo más elevado
de tu ansiado Abrazo.
Esa y no otra
es la Fuerza de Dios.