LA PLUMA VIBRA IMPULSADA POR LA MANO FIRME QUE ESCRIBE AQUELLO QUE EN SU INTERIOR VIVE

A Christo


Me giré, estabas ahí.
Y desde ese mismo día todo cambió.
Recuerdo como los pétalos de nuestros corazones se fundieron,
y allí en ese caos primigenio,
empezó a discurrir un nuevo día,
una nueva oportunidad de crecimiento.
Mitad tuya, mitad mía.
Fue una oportunidad que el Altísimo nos otorgó,
a Él le debemos tanto Amor.
No existen palabras en ningún idioma conocido
que puedan expresar toda la gratitud que siento.
Pues en nuestras esferas,
germinó la Luz y el Amor verdadero.
No conocíamos la capacidad de crear hermosos horizontes,
plenos de sabiduría,
para ser derramada en próximas cunas de ascensión,
pero en cambio así sucedió.
La semilla germinó,
y ahora con la dicha en nuestros corazones silentes,
permanecemos en la mayestática gracia de Dios.
Silencio…. – decimos.
Silencio… - repetimos.
Esa es la magia de nuestros abismos,
escuchar como la esencia de nuestro latido,
se mezcla en los efluvios del cosmos,
volcando destellos
que son emanados posteriormente por nuestros labios.
Así es como lo vivo y así es como lo siento.
Pues sé, que lo que siento
es puro gozo de tanto amor que te tengo.

Joanna Escuder