LA PLUMA VIBRA IMPULSADA POR LA MANO FIRME QUE ESCRIBE AQUELLO QUE EN SU INTERIOR VIVE

TE RECONOZCO



Reconozco que en esta Tierra Mágica en la que por eones habité, puedo reconocerme y reconocer.
Sí, es cierto, durante la larga singladura no supe nada de lo que HOY sé de ti.
Reconozco tu mérito, tu forma de entregarle al Mundo, TODO lo que surge de ti.
Reconozco, tu forma de expresarte, de vacilar ante lo que parece tan inquietante, por lo que crees no saber ni contener.
Reconozco en ti la mirada frágil de quien ya no quiere vivir más en esa absurda fragilidad, que te hace sentir que si no lo consigues, te volverás a romper en diez pedazos o cien, aunque en realidad serán más de mil.
Reconozco tu expresión de extrañeza, de agudeza, de periódicas e intensas flaquezas, que te hicieron sentir pequeña, en esa falacia de vida que nunca ni hoy será eterna.
Te reconozco
Reconozco el esfuerzo por desear que los otros te quieran, por dejarte la vida entera en la espera, sin advertir siquiera que eras tú misma quien se infringía la herida del que camina exento de estima.
Te reconozco y siempre te reconoceré.
Reconozco el amor prohibido, tu poder cautivo, los imperios perdidos, todo lo que tanto te hizo enloquecer.
Te reconozco
Reconozco la súplica de tu mirada clavada, deseando ser escuchada, en ese lugar de duelo, en el que no queda consuelo, sólo un triste silencio que llena mi mente de una vida que jamás antes reconocí.
Sí, ya no dudo. Hoy te reconozco. Te reconozco a ti como la Dama más bella que habita en mí.
Hoy vivo en ti, en la poderosa luz de la Maga, la misma de la que jamás me alejaré.

Sí, quiero volver a nacer, porque te reconozco y te reconoceré.

Joanna Escuder